Cuando elegimos el nombre que queríamos para nuestra escuela, buscamos uno que no hiciera directa referencia a una persona o ideal a seguir. Queríamos un nombre que fuera cobrando significado por lo que en nuestra escuela se viviera; un nombre que a través de los signos es que somos capaces de comprender nuestro entorno y comunicarnos.

Elegido el nombre, queríamos que la manera de presentarlo incluyera signos que hicieran referencia al origen de los signos mismos, esto para simbolizar el gran valor que le otorgamos a los orígenes de todo proceso. Y decidimos que algunos signos del alefato fenicio acompañaran el nombre de nuestra escuela puesto que la evolución de este alefato desemboca en nuestra lengua.

El alefato fenicio contaba con muchos signos. Nosotros elegimos seis porque eran significativos para nosotros y la escuela que queríamos echar a andar.

Beth / La casa

Elegimos a beth, la casa. Significa pertenencia y confianza; también conocimiento conquistado, ese conocimiento que nos da seguridad y nos permite ir en busca de otros nuevos.

Daleth / La puerta

Elegimos a daleth, la puerta, para tener siempre presente que todo nuevo conocimiento es una puerta que se abre y nos invita a entrar, que nos enriquece mantener nuestras puertas interiores abiertas para que lo que conocemos no se convierta en poder, en defensa, en discriminación o en intolerancia. También la elegimos porque esto queremos ser los maestros para nuestros alumnos: una puerta de la cual puedan entrar a mundos diferentes… una puerta por la cual pasarán para seguir construyendo otros conocimientos.

Yod / La mano

Elegimos a yod, la mano, como símbolo del trabajo. La mano que con su relación tan especial con el cerebro, logra transformar el conocimiento en trabajo creador.

Mem / El agua

Elegimos a mem, el agua. Signo de movimiento, imprescindible si queremos llamar a algo conocimiento. Además de fluir, el agua lleva vida por donde pasa. También sabemos que el agua puede ser destructora, como el conocimiento cuando no nos hacemos responsables de él.

Ayin / El ojo

Elegimos a ayin, el ojo. Significa para nosotros la capacidad de observación que tanto valoramos como materia prima de todo conocimiento. La mirada atenta que busca, admira y cuestiona.

Samek / El apoyo

Elegimos a samek, el apoyo, para que nunca se nos olvide que no podemos conocer sin el apoyo y la ayuda del otro; que es a través de los demás que nuestros conocimientos cobran sentido: cuando aprendemos, cuando enseñamos, cuando compartimos, cuando amamos.